viernes, 1 de abril de 2016

Grietas

Sucede,
que la lluvia que riega mis grietas,
es inmune a tus huellas.

Sucede,
que el rumor de tu pecho a tientas,
por mis rendijas se cuela.

Y es de noche,
siempre de noche,
cuando sucede.

1 comentario:

  1. Qué tendrán esas noches que hacen posible que la sensibilidad salga por fin de nuestras grietas.
    Una humedad en el suelo puede dar mucho de sí, y las palabras bien hiladas, también.
    Un abrazo, Raquel

    ResponderEliminar